He tenido dos sueños, dos grandes retos en mi vida, trabajar como profesora de literatura y difundir, como poeta, mi amor por la poesía. Este proyecto es tan especial para mí porque ha convertido en una esa doble ilusión, porque la ha hecho posible.
La poesía tiene, a mi entender, la capacidad de concretar y hacer conscientes todas las emociones y pensamientos que llegan a nuestra mente y a nuestro corazón y que, tantas veces, somos incapaces de escuchar.
Esta vida, tan inmersa en la tecnología, en los estímulos externos y en la apariencia, nos ha llevado a alejarnos de lo verdaderamente importante, la mirada de cada ser humano que entra en contacto con nosotros, y nuestro propio mundo interior, palpitante y silenciado.
Esta iniciativa que he llevado a cabo con diferentes grupos de alumnos de la ESO tiene como objetivo solamente eso, que durante unos instantes de su vida, de su día, el tiempo de escribir un poema, sean capaces de conectar, sin darse cuenta, con su propia esencia, con lo que son y sienten de verdad, lejos de los estereotipos que nos marca la sociedad, de aquello que el entorno se empeña tantas veces en querernos imponer.
La poesía, una vez escrita, una vez transformada en palabra concreta, tiene el poder de convertir las emociones más difíciles en belleza y de acercar a nuestra conciencia aquello que permanece tantas veces oculto, las propias, las auténticas verdades.
Mis queridos alumn@s, no solo han escrito unos poemas de una gran calidad sino que, además, han tenido la valentía de compartir con sus compañeros y compañeras sus composiciones, sus emociones y, durante esos instantes, hemos sido una isla poderosa en el centro de un mundo que, a veces, parece un desierto deshabitado.
Me siento profundamente orgullosa de ellos y de ellas, profundamente agradecida a la vida y a la poesía por haberme concedido el regalo de ser, durante este instante efímero, su instrumento.
Gracias, en el nombre de mis alumnos y en el mío, por el reconocimiento recibido a nuestro trabajo. Gracias a todas las personas que entendéis y valoráis el poder que tiene la poesía como motor de una transformación absolutamente necesaria, como el motor de una revuelta vital.